Este fin de semana fuimos a comer camarones, por el día del cariño y lamentablemente, nos regalaron unos dulces, como lo hacen siempre, pero Alan se apresuró a tomarlos y cuando llegavamos de regreso a la casa se le atoró un dulce en la garganta, primero le metí el dedo y lo sentía entre su garganta, pero no podía sacarlo, después comenzó a morderme, después me comencé a preocupar pues mordía los dientes tan duro que no podía abrirle la boca, asumimos que se lo había tragado, y se tranquilizó un poco con el empujarle el estomago, pero como al medio minuto sacó el dulce, los daños sufridos un poco de sangre de entre los dientes, vomitó lo poco que comió y un sin fin de lagrimas, después la tia Rosme le regaló un poco de helado para que le aliviara la garganta.
Gracias, tia Rosme.
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